¿Cuánto se puede prorrogar un ERTE?

El ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) es una medida que permite a las empresas suspender temporalmente los contratos de trabajo o reducir las jornadas laborales de sus empleados debido a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.

Ante la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, el Gobierno español aprobó una serie de medidas, entre las cuales se encuentra la posibilidad de prorrogar los ERTEs para mitigar el impacto económico en las empresas y proteger el empleo de los trabajadores.

La duración inicial de un ERTE es de seis meses, aunque en situaciones excepcionales el Gobierno puede prorrogarlo hasta un máximo de veinte meses. Para poder prorrogar un ERTE, la empresa debe acreditar que persisten las causas que lo motivaron inicialmente.

En octubre de 2020, el Gobierno aprobó una prórroga de los ERTEs hasta el 31 de enero de 2021, debido a la persistencia de la crisis sanitaria y económica. Esta prórroga permitió a las empresas acogerse a las mismas condiciones que tenían hasta ese momento.

Actualmente, se está estudiando una nueva prórroga de los ERTEs debido a la persistencia de la crisis y a la necesidad de seguir protegiendo el empleo de los trabajadores. Esta nueva prórroga podría llevarse a cabo hasta finales de 2021 y se espera que se apruebe en los próximos meses.

Es importante tener en cuenta que cada prórroga de un ERTE debe ser aprobada por el Gobierno mediante un Real Decreto. Además, la empresa debe cumplir con los requisitos y trámites establecidos por la legislación laboral vigente para poder acogerse a esta medida.

En resumen, la duración de un ERTE puede ser prorrogada hasta un máximo de veinte meses, siempre y cuando persistan las causas que lo motivaron inicialmente. Actualmente se está estudiando una nueva prórroga debido a la persistencia de la crisis provocada por el COVID-19.

¿Cuántas prórrogas puede tener un ERTE?

Un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) es una medida que permite a las empresas suspender o reducir temporalmente los contratos de trabajo de sus empleados en situaciones de crisis o fuerza mayor. Pero, ¿cuántas prórrogas puede tener un ERTE?

El número de prórrogas que puede tener un ERTE puede variar dependiendo de la situación y las circunstancias. En general, las medidas excepcionales adoptadas durante la pandemia del COVID-19 han permitido que los ERTEs se prorroguen hasta en 3 ocasiones, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos y se justifiquen las causas que motivan la necesidad de mantener la suspensión o reducción de los contratos.

Es importante destacar que las prórrogas de un ERTE deben ser aprobadas por la autoridad laboral competente, que evaluará la situación de la empresa y la necesidad de mantener la medida. Además, durante el periodo de prórroga, la empresa debe seguir cumpliendo con las obligaciones laborales y fiscales que le corresponden, como el pago de las cotizaciones sociales.

El objetivo de las prórrogas es permitir que las empresas puedan seguir beneficiándose de las medidas de flexibilidad laboral que proporcionan los ERTEs, mientras se recupera la actividad económica y se evita la destrucción de empleo. Sin embargo, estas prórrogas no son ilimitadas, y en algunos casos se establecen límites temporales máximos para su aplicación.

Otro factor a tener en cuenta es que la duración máxima de un ERTE, incluyendo sus prórrogas, no puede superar el periodo de vigencia del Real Decreto-Ley que lo regula. Es decir, una vez que el Gobierno declare el fin de la situación excepcional que motivó la adopción de los ERTEs, las empresas tendrán que retomar la actividad normal y no podrán prorrogar más sus suspensiones o reducciones de contrato.

En resumen, un ERTE puede tener hasta 3 prórrogas, siempre y cuando se justifiquen las causas que motivan su necesidad y se cumplan los requisitos establecidos por la autoridad laboral competente. Estas prórrogas permiten a las empresas beneficiarse de las medidas de flexibilidad laboral en situaciones de crisis, pero tienen límites temporales y no pueden superar el periodo de vigencia del Real Decreto-Ley correspondiente.

¿Cuánto tiempo se puede estar en ERTE?

El ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) es una medida que permite a las empresas suspender temporalmente los contratos laborales o reducir la jornada de trabajo de sus empleados debido a circunstancias económicas, técnicas, organizativas o de fuerza mayor.

El ERTE puede tener una duración máxima de 6 meses, aunque puede ser prorrogado por un periodo adicional si las causas que dieron origen al ERTE persisten. En casos excepcionales, como lo ocurrido con la crisis del COVID-19, el Gobierno puede establecer extensiones adicionales.

Es importante tener en cuenta que durante el tiempo que dure el ERTE, los empleados afectados por esta medida tienen derecho a percibir una prestación económica, conocida como prestación por desempleo, que compensa parte de la pérdida de ingresos que se produce al suspender o reducir su jornada de trabajo.

Además, los trabajadores en ERTE conservan su puesto de trabajo y mantienen los derechos laborales y convenios colectivos que les corresponden. Esto significa que una vez finalizado el periodo de ERTE, los empleados deben ser reincorporados a sus funciones habituales en la empresa.

La duración máxima de un ERTE puede variar dependiendo de las circunstancias y la normativa laboral vigente. Por lo tanto, es importante estar informado sobre las regulaciones específicas de cada país y las medidas excepcionales que se hayan adoptado debido a situaciones particulares, como la actual pandemia.

¿Qué ocurre cuando acaba el ERTE?

¿Qué ocurre cuando acaba el ERTE?

Un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) es una medida que permite a las empresas suspender temporalmente o reducir la jornada laboral de sus empleados durante situaciones extraordinarias, como la crisis provocada por la pandemia del COVID-19. Sin embargo, llegará el momento en que estos expedientes acaben y muchas personas se preguntan qué sucederá a continuación.

Una vez que acaba el ERTE, las empresas deberán tomar decisiones con respecto a la situación laboral de los empleados afectados. Algunos podrán volver a sus puestos de trabajo normalmente, mientras que otros podrían enfrentarse a despidos o a la necesidad de buscar una nueva oportunidad laboral.

Es importante destacar que la finalización del ERTE no significa necesariamente el fin de la crisis económica o del impacto en el mercado laboral. Muchas empresas aún podrían encontrarse en situaciones complicadas que les impidan mantener a todos sus empleados. Por ello, es posible que algunos trabajadores no puedan reincorporarse a sus antiguos empleos debido a dificultades financieras o problemas estructurales.

En aquellos casos en los que la empresa decida despedir a algún empleado tras el final del ERTE, se deberán seguir los trámites legales establecidos. El trabajador despedido tendrá derecho a recibir una indemnización, cuya cuantía dependerá de diversos factores como la antigüedad en la empresa y el tipo de despido.

Si una persona no puede volver a su antiguo puesto de trabajo, es importante que sepa que existen diferentes recursos y opciones disponibles. Una de ellas puede ser la búsqueda de empleo en otras empresas o sectores, o incluso emprender un proyecto propio. Además, es recomendable consultar con los servicios de empleo y organismos públicos que ofrezcan apoyo y asesoramiento laboral para obtener orientación y obtener información sobre posibles programas de formación o reinserción laboral.

En definitiva, el fin del ERTE marca un momento crucial para las personas afectadas. Puede suponer la oportunidad de volver a la normalidad laboral, pero también el inicio de una nueva etapa en sus carreras profesionales. La adaptabilidad, la búsqueda de recursos y la información adecuada serán clave para enfrentar este nuevo escenario con éxito.

¿Que Ertes se prorrogan?

En España, debido a la situación actual de la pandemia del COVID-19, se han implementado diferentes medidas para mitigar el impacto económico en las empresas y proteger el empleo. Una de estas medidas es la prórroga de los Ertes (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo).

Los Ertes se prorrogan para aquellas empresas y actividades que se han visto especialmente afectadas por las restricciones impuestas para frenar la propagación del virus. Esto incluye sectores como el turismo, la hostelería, los espectáculos o el comercio minorista.

El objetivo de la prórroga de los Ertes es permitir a estas empresas suspender temporalmente los contratos de sus trabajadores de forma legal, evitando así despidos masivos. Esta medida no solo ayuda a preservar los puestos de trabajo, sino que también permite a las empresas no incurrir en los costos salariales durante el periodo de suspensión.

Además, también se prorrogan los Ertes por fuerza mayor, que se aplican cuando una empresa se ve obligada a cesar su actividad debido a circunstancias imprevistas y extraordinarias, como es el caso de la pandemia. Estos Ertes por fuerza mayor se mantendrán en vigor hasta que se levanten las restricciones que han obligado al cese de la actividad.

Es importante mencionar que la prórroga de los Ertes también contempla medidas específicas para proteger a determinados colectivos, como las personas trabajadoras autónomas o los trabajadores fijos discontinuos. Estas personas también podrán beneficiarse de la prórroga de los Ertes, garantizando así su protección laboral y económica.

En resumen, la prórroga de los Ertes se aplica a aquellas empresas y actividades que han sido especialmente afectadas por las restricciones impuestas por la pandemia del COVID-19. Esta medida tiene como objetivo proteger el empleo y garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores afectados. Además, también contempla medidas específicas para proteger a los trabajadores autónomos y los trabajadores fijos discontinuos.

Otros artículos sobre Contabilidad